lunes, 9 de agosto de 2010

Reglas sobre la vida.

Me pregunto por qué la gente sólo toma en serio la visión de la vida de aquellos que son moribundos, han perdido a una persona cercana, son viejos o han sobrellevado alguna clase de tragedia. Creo que todos hemos tenido experiencias en la vida y ninguna de ellas debería ser menospreciada. Es por ello que me he decidido compendiar aquellas cosas que he aprendido en mi corta vida de 22 años y que me han servido para salir adelante y sentirme bien conmigo mismo. Aquí está la lista:

1. Nunca dejes que nadie te diga que piensas demasiado las cosas. Pensar es lo único que te distingue como persona y que te mantiene a salvo de disolverte en medio de una multitud gris y aburrida. Así que piensa, piensa mucho, piensa en tu casa, piensa en el baño, piensa sobre lo que te dicen y sobre lo que no. Di lo que piensas y escucha con atención lo que piensan otros. Lo peor que puedes hacer es dejar que otros piensen por ti.

2. Primero conoce y practica las reglas; luego rómpelas a tu gusto: Las reglas se hicieron para romperse, pero también existen por una razón. Antes de romper una regla, primero tienes que conocerla y entender su razón de ser. Quizá descubras que la regla tiene mucho sentido y debe respetarse, o tal vez descubras que es absurda y no tiene porque cumplirse. No seas como aquellos idiotas que sólo rompen reglas atendiendo a su egoísmo y no piensan en como afectan a los demás o a ellos mismos.

3. Aprende otro idioma. Así de sencillo. Busca un idioma que te llame la atención, que te guste como suena, no importa si es complicado. Estudiar un idioma no sólo permite diversificar tu capacidad de comunicación, sino que también ayuda a pensar de maneras distintas y desdobla un nuevo mundo frente a ti.

4. Nunca te sientas avergonzado de quien eres o de las cosas que haces. Ninguna persona en el mundo debería limitarte para hacer las cosas que te gusten. Si no afectan a otros, ¿qué diablos? Muéstrale tu colección de películas cursis a tus amigos metaleros, admite frente a todo el mundo que aún te gusta jugar con tus transformers de cuando eras niño, lee los libros que te dan vergüenza en donde todo mundo te vea. Si alguien te pregunta o te ve raro, se franco y directo. Siempre es mejor la compañía de otras personas si saben exactamente quién eres y te aceptan como tal, además de que nunca te preocuparás porque algún día tus secretos bochornosos salgan a la luz.

5. Di lo que piensas, pero primero piensa lo que dices. Tu boca y tu cerebro deben ser amigos inseparables. Es muy fácil opinar, lo complicado es hacerlo de manera responsable. Conoce los hechos y no dejes que la ignorancia sea la que dicte tus palabras.

6. No dejes que lo que debería ser un placer se convierta en un vicio. Si fumas o bebes, házlo porque lo disfrutas, no porque lo necesitas. Hay mucha diferencia entre beber unos vasos de una buena cerveza para pasar un tiempo agradable que comprar un litro de aguardiente para perder la conciencia.

7. Pedir disculpas es un acto insignificante. Si haces algo de lo que te arrepientes, sólo tu esfuerzo por repararlo y evitar repetirlo valdrá de algo.

8. Se leal a tus amigos.

9. Atente al espíritu de las normas y no a las normas en si. Ya sean las reglas de un juego o las leyes de un país.

10. No le mientas a alguien que quieres, eso siempre termina mal... SIEMPRE.

11. De cuando en cuando, intenta hacer algo difícil por el simple hecho de que sea difícil. Aprende otro idioma, construye un modelo a escala, arma un rompecabezas de 5,000 piezas, aprende a tocar un instrumento musical... no te rindas hasta conseguirlo.

12. El día en que tu capacidad de imaginar, soñar y estar en contacto con el mundo de la ilusión muera, tú también habrás muerto. Si pierdes la capacidad de creer en la magia, de ser transportado a otros mundos a través de ver o crear arte, de vivir aquellas ensoñaciones infantiles; mejor será que tengas flores en tu casa, porque se ha convertido en la tumba de un muerto ambulante.

13. Aprende a expresarte, especialmente si lo haces a través del arte.

14. Se franco con tus amigos, reserva el tacto y los buenos modales para tus anfitriones o las personas en quienes desconfías.

15. Comparte lo que sabes a quien quiera aprenderlo.

16. Agrádate a ti mismo, al punto donde no te pese ser tu única compañía.

17. Lee.

18. Lee más.

19. Relee lo que te haya gustado.

20. No finjas ser tolerante.

21.No existe mejor terapia que organizar tu habitación.

22. Por último, nunca dejes que los manerismos denigrantes y ausentes de sinceridad de la sociedad dicten tu comportamiento. Ser honesto vale mucho más que ser correcto o agradable.